Quería participar en un curso que fuera "hands on" sobre un problema real de UX. Aplicar herramientas y estrategias en un proceso de la A a la Z. No es lo mismo aprender herramientas una a una que usar todo lo aprendido en un contexto real, en un proyecto con un inicio, un desarrollo y un tiempo final de entrega.
Hubiera preferido que fuera presencial pero eso hubiera hecho más complicado la conformación del grupo y el trabajo a lo largo del tiempo: al menos yo sabía que iba a tener que viajar alguna que otra vez durante la cursada, de modo que poder participar online lo hizo posible. También facilitó que el grupo de trabajo fuera muy diverso: había participantes de varios países y eso resultó enriquecedor.
La experiencia de trabajo pasó por toda clase de problemas, propios de la dinámica de un trabajo de este tipo: inconvenientes de conectividad, ajustes interculturales que dificultaban la comunicación, inconvenientes para fijar horarios y sincronizar trabajos y encuentros (en el equipo y con usuarios y entrevistados), problemas personales a lo largo del proyecto, y una colorida serie de problemas propios de trabajar en equipo "remoto". Todo eso hizo que la inmersión en el problema fuera absolutamente realista: no se pareció en nada a un laboratorio con todo controlado y sí hubo que ajustarse mucho para lograr sinergia. En ese sentido resultó un aprendizaje inesperado y valioso.
Creo que la experiencia no resultó "ideal", sino "real", y por eso mismo la recomendaría. Una cosa es aprender técnicas de UX en una torre de cristal y otra muy diferente es ensuciarse las manos intentando ofrecer la mejor solución posible en el tiempo disponible para un problema concreto.
